lunes, 11 de noviembre de 2013

El Maestro Titiritero...

Trabajando estaba el reconocido artesano, armando títeres de madera y de hueso, creador de personajes variados, muñecos tan detallados que aparentan vida.
 
Sin vida social y sin familiares a quien visitar toda su vida se concentra en solo crear...
 
Todas sus creaciones son Ángeles y Demonios, variados, distintos, como seres que conviven en ese mundo espectral, como seres que buscan un nuevo mundo habitar.
 
El detalle es perfecto, seres inventados creados por una magistral imaginación, tan reales que nadie sabe si son realidad o ficción, no hay antecedentes que confirmen de que molde salió cada uno de los que ahora viven en esa habitación.
 
Ojos que miran fijamente, como midiendo su entorno, como retando el presente.
 
Demonios con alas negras, afiladas garras, bocas abiertas con sendos dientes, ceños fruncidos, alas abiertas, miradas fijas, vigilando a su presa...
 
Angeles blancos, con alas de seda, algunos con arpas, otros solo con capas, todos armados con espadas, miradas atentas en rostros sonrientes, como retando, como esperando.
 
Todos los rincones ocupados, algunos colgando, otros en libreros sin libros, aparentan cuarteles, todos encuartelados en esa humilde vivienda, modesta, es una pequeña cabaña hecha con trozos de madera, no hay para mas, no necesita de nada mas. Se compone de dos cuartos, uno donde duerme el artesano y el otro donde da vida a esos seres extraños, es un taller cuadrado, libreros en ambos lados, de frente uno al otro, con una mesa en el centro donde ocupa sus herramientas, donde crea, donde nace esa oscura descendencia.
 
Cada mueble solo ocupa seres de la misma especie, de un lado los Demonios, del otro los Ángeles, viéndose fijamente, eternamente.
 
Nos movemos en vidas paralelas donde los universos de los vivos, de los entes malditos y los bendecidos conviven día a día, pero siempre sin tocarse, sin verse, sin notarse...
 
Como en todo lo perfecto la imperfección es lo que siempre esta presente, mundos paralelos que en algún momento coinciden ventanas, puertas involuntarias que permite a los no nacidos pasar al mundo de los vivos.
 
Posesiones, exorcismos, cosas comunes en invasiones de dimensiones, entes que nunca vemos hasta que ellos se quieren hacer presentes.
 
El Maestro Titiritero empezó a notar que faltaban cosas, el orden desordenado de todas sus creaciones variaban con los días, empezó a notar cambios en sus marionetas, algunos desgarres, dientes faltantes, alas rotas... Debo tener ratas!, justificaba el Maestro y con eterna paciencia a guerreros caídos volvía a la vida, día a día.
 
Oscurecía temprano, la soledad lo obligaba a refugiarse en la bebida, empezaba a media tarde, entrando la noche ya la noción perdía.
 
Con la oscuridad existencias resurgían, muñecos inertes cobraban vida, el bien y el mal en eternas disputas,  batallas a muerte defendiendo su fuerte, peleas mortales de esos seres inmortales que cobraban vida...
 
Cruzadas eternas con renovados guerreros que siempre de mañana el maestro reparaba, luego mas trampas ponía para ratas que no existían, después a la bebida que nuevas batallas permitían...
 
La edad y la bebida fueron mermando las tropas, ya no había el tiempo ni la fuerza para repararlas a todas, Ángeles y Demonios caídos fueron dejados así, abatidos, el titiritero ya no tenia la fuerza ni el animo para seguir con una labor que nunca terminaba, siempre muñecos por reparar se encontraba, ahora tal cual así los dejaba, solo dedicaba el poco tiempo que le quedaba en arreglar Ángeles y solo a los que en mejores condiciones estaban...
 
Los demonios vieron su ejercito minorar, sabían que fácilmente a los Ángeles podían ganar, pero el problema era quien los volvía a sanar, con el Maestro Titiritero tenían que terminar!.
 
Un día mas, mas Ángeles que reparar, mas restos de demonios que amontonar...
 
Llega la noche, la estrategia cambio, los Demonios sobrevivientes volaron de lugar, ya a los Ángeles no podían hacer frente, era el momento de terminar con quien a los hacia mas fuertes.
 
Pasaron de un cuarto al otro, donde sabían que la borrachera dormían, sigilosos por el piso se arrastraban, llegaron al pie de la maltrecha cama, subieron por las patas, en silencio, prestos a terminar con quien tanto daño les había hecho...
 
Todos perfectamente coordinados saltaron al colchón, como los mejores estrategas, como malditos estrategas...
 
Pero solo cayeron en espacio despejado, no había nadie en la cama!, no pasaba su sorpresa cuando fueron fácil presa de los Ángeles, que de forma decidida con todos acabaron, no hubo estrategia planeada mas que la de los Demonios preparada, fueron victimas de su propia emboscada...
 
Esa noche la cama estaba vacía por que el Maestro Titiritero aburrido de la vida, por primera vez en años, buscando la bebida, se había trasladado a una cercana cantina.
 
Tomando con nuevos amigos, cantaba despreocupado, sin nunca imaginarse que cerca estuvo de ser decapitado...




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